Si atravieso momentos difíciles o aun si estoy cerca de la muerte no siento temor porque confío en su compañía. Sea con sus palabras de ánimo o con palabras de exhortación él me alienta a seguir viviendo. Él prepara una mesa para mi alimento espiritual aún cuando estoy rodeado de personas o circunstancias que me angustian; él derramó su Espíritu sobre mí de modo que siempre puedo sentir alegría dentro mío. Si miro hacia atrás en mi vida o si pienso en el futuro veo que lo bueno de Dios y su misericordia me siguen siempre. Tengo plena certeza de que voy a vivir en la casa de mi Padre Celestial disfrutando como en esos días felices que parecen no terminar nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario