Vasijas de barro - 2º Corintios 4:7

Siempre hay en el hogar un recipiente para guardar objetos pequeños: botones, clavos, lápices, etc. Los más comunes son los frascos de vidrios que la señora de la casa va guardando en un rincón hasta encontrarle utilidad. Muchas veces antes de que esa utilidad aparezca, se han juntado demasiado frascos y muchos de ellos van a parar a la bolsa de residuos.
En la antigüedad, las vasijas de barro eran el recipiente común para ser usado como "guarda-tuti". Los había de todos los tamaños y formas. La samaritana que habló con el Señor Jesús llevaba uno, muchos de los utensilios del templo eran vasijas de barro y al costado de la cruz había una de esas vasijas con vinagre (S.Jn. 4:28, S.Mr. 11:16 y S.Jn. 19:29).
Con esos recipientes ordinarios, comunes y corrientes son comparados los creyentes por el apóstol Pablo. Cuando Dios por su gracia hace brillar en nosotros la luz del evangelio, también deposita en nosotros - vasos sin ninguna virtud - un tesoro de gran valor. Este es un concepto difícil de entender pro nosotros, pues todo lo que tenemos de valor lo aseguramos en un sitio adecuado para ello, sea un banco, una caja de seguridad o un lugar por el estilo. Sin embargo, Dios no obra según nuestros pensamientos ni según nuestro proceder. Él ha querido contrastar su poder con el recipiente donde lo ha depositado. ¿No se aprecia mejor el brillo del diamante sobre el oscuro lienzo negro? ¿ No se distingue mejor la luz de las estrellas cuanto más negra es la noche? De la misma forma, la vasija de barro al contrastar con la excelencia del poder de Dios, hace resaltar ese tesoro para que el Dueño del Poder y del Vaso sea quien reciba toda la gloria. Dios mismo es el gran tesoro que resplandeció en nosotros (vs.6).
Dios mandó que su misma persona habitase en nuestro corazón trayendo su luz y su santidad.
No soy no valgo lo que soy por mi mismo, sino porque el Creador y Señor del cielo y de la tierra ha hecho mi corazón su habitación. ¡Qué cada uno de mis pasos en esta vida sean dados consiente de lo que Dios ha hecho en mi y de quién tengo dentro mío!

No hay comentarios: